Hay esperanza

No es Gisele Bundchen, ni Kate Moss, ni tampoco Irina Shayk. Se llama Esmeralda y su sonrisa es capaz de eclipsar los cuerpos más bellos. La primavera pasada le diagnosticaron cáncer de mama, y ayer se subió a la pasarela improvisada en la que se convirtió el Colegio de Médicos de Oviedo para demostrar que "hay esperanza".
Como ella misma dice, detrás de una mujer con cáncer "hay una fortaleza enorme", y no pudo dejarlo más claro. He visto empresarios con éxito, parejas de enamorados o famosos millonarios a los que les es prácticamente imposible mostrar esa sonrisa nada fingida, que sale sola.Y es que Esmeralda de otra cosa no, pero de motivos para sonreir sabe mucho. Se sometió a una operación que la dejó sin pecho, pero ahora luce igual de bella y orgullosa. También a fuertes tratamientos, a las dudas y a los miedos que una tiene cuando escucha esas dos palabras: 'es maligno'. Pero salió adelante, con ganas y valentía. Y no lo hizo sola.
"La quimio del alma es la realmente importante", mantiene, consciente de que tiene toda la razón. Un simple 'estás estupenda' vale mucho y los aplausos que ayer recibió otro tanto. El mensaje es claro y rotundo: "juntas podemos". Y vaya sí pueden. "No es una tragedia, es una guerra en la que tenemos que llevar siempre el fúsil cargado y que podemos ganar". Ella, al igual que las otras seis modelos repentinas que la acompañaron, unieron sus fierzas y posaron en ropa interior y trajes de baño sin vergüenzas ni complejos. Entre el público, la opinión era unánime: "están radiantes".
Cada día 50 nuevas mujeres son diagnosticadas en España de cáncer de mama. Por todas ellas, las que lo padecen hoy, lo sufrirán mañana y también las que han pasado por ello ayer es necesario este mensaje.
Ojalá todos llevásemos una Esmeralda dentro porque es cierto que no es Gisele Bundchen, pero bien podría serlo.