jueves, 23 de agosto de 2012

50 años con la minifalda

1962 fue el año en el que el presidente de EE.UU. John F. Kennedy y el ruso Nikita Khrushchev llevaban al mundo al borde de una guerra nuclear durante la crisis de los misiles en Cuba. Los rollings daban su primer concierto en Londres, y los Beatles pisaban por primera vez un plató de televisión. España seguía bajo palia, gobernada por el caudillo, y poco a poco el Seat se iba haciendo un hueco en nuestras carreteras. Los mineros asturianos protagonizaban la primera gran huelga obrera en la España franquista. Y en las calles se hablaba sobre todo de fútbol. Del mundial, del partido Brasil- España, que inmerecidamente, decían, perdieron los nuestros.
Muchas cosas nos alejaban de los británicos en esos momentos. 1962 fue el año en que en Londres se estrebana 'Lolita', la historia de una joven que seducía a su profesor. Al mismo tiempo, en España se estrenaba y se convertía en un taquillazo 'La gran familia'.
 En ese contexto nació también la minifalda. En el contexto británico claro está.  Liberó a las mujeres, entusiasmó a los hombres y causó una gran revolución en el mundo de la moda. Ahora la prenda más corta está de aniversario y cumple 50 años.
La historia dice que una chica británica recortó su falda con unas tijeras para que no le molestara a la hora de limpiar. Aquel día la visitó por casualidad la joven y desconocida diseñadora Mary Quant, que apreció el efecto vertiginoso que podría tener el invento. En 1962 Mary presentó su primera colección de ropa con minifaldas, y ese mismo año apareció en las páginas de la edición británica de la revista 'Vogue'.  Tres años más tarde, Quant presentó sus minifaldas en Nueva York, y después del desfiles las modelos salieron a pasear por Broadway. Según los testigos, en la urbe se paró durante una hora el tráfico y todas las cadenas retransmitieron lo sucedido en sus noticieros.
Los sesenta trajeron la minifalda, un fenómeno que traspasa el mundo de la moda, y que significa también la contestación de la mujer contra un rol que se le había asignado, un rol contra el que aún hoy nos toca luchar.

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