miércoles, 25 de abril de 2012

Una hegemonía que ya no es tal

Dice hoy José María Rodríguez en el Marca que "no hay guionista con suficiente imaginación para tramar semejante argumento" y que, por ello, el fútbol se parece tanto a la vida porque el bueno no siempre gana y se lleva a la chica. Ayer el Barsça se despidió en el portal y se quedó sin invitación para entrar y hasta sin beso de buenas noches.
Tras la derrota del sábado, ante un Madrid que se aseguraba la liga frente a su máximo enemigo en el Camp Nou, la Champions era casi asignatura obligada, era hablando claro su última esperanza. (La Copa del Rey no fue suficiente el año pasado para los madridistas y tampoco lo será este para los blaugranas). Pero no fue posible y el autobús del Chelsea atropelló al equipo de Pep, a pesar de las embestidas. Messi daba el primer aviso en el minuto tres, el primero de tantos.

Con Piqué en el hospital tras recuperar la titularidad, la expulsión de Terry por un incompresible rodillazo a Alexis y el penalti fallado por Messi, que demuestra que es humano, el Barça peleó como siempre  y perdió como nunca. Un Drogba impresionante y un Fernando Torres, que saltaba al campo en los coletazos finales encontrándose con el gol, pusieron fin al sueño.
El equipo que lo ha ganado todo en los últimos años, se queda sin nada en tan solo cuatro días. La hegemonía del Barça muere en una semana trágica y las lágrimas de Leo tras el choque son el mejor ejemplo. Aunque como decía Hemingway en 'El viejo y el mar' "el corazón de una tortuga sigue latiendo después de muerta". Seguramente, los de Iniesta, Xavi y Puyol todavía lo sigan haciendo. Para saber si lo hacen más o menos fuerte que los de Alonso, Cristiano o Benzema habrá que esperar.

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