miércoles, 2 de mayo de 2012

Nadar hasta morir en la orilla

Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. El Sporting firmó ayer su descenso a Segunda y las lágrimas finales de Lora o Bilic fueron las de toda una afición entregada que había, habíamos, esperado la victoria imprescindible que nos permitiera seguir soñando. Sin embargo, ya estamos despiertos. Y es que hasta en el fútbol, ese deporte abierto a las sorpresas, se cumple habitualmente el dicho.
Nadaron incansables hasta morir en la orilla, en un martes festivo, que terminó en drama. Mallorca, Zaragoza o Villarreal fueron partidos a vida o muerte, donde a los rojoblancos se nos escapó la vida. Si el de anoche resultó más trágico tan solo se debe a que era el último.
Un año de guiños al destino, que tuvo como primera 'anécdota' el rechazo a una camiseta, en un episodio revelado como gafe. El comienzo de un calvario, que terminó ayer cuando en el minuto 55 el Villarreal se puso con un 1 a 3, que ya no tenía arreglo.
Vienen tiempos de Elche, Córdoba o Numancia. Todos ellos admirables. Mientras, a Messi, Cristiano o Llorente, toca verlos por la tele. El ciclo en Primera está a punto de terminar. Y esta vez sabe a poco. Los tiempos duros ya están aquí.
Pero hoy más que nunca Nacho Cases, Mate Bilic, Lora o Pedro Orfila son mis héroes. Puxa Sporting.

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